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Menstruar no duele.

Aunque te creo profundamente si me dices que tienes dolores menstruales. Yo también los padecí por muchos años, te comprendo. Es por eso que deseo compartirte mi recorrido, mis experiencias y vivencias que me llevaron de padecer mis menstruaciones a gozarlas, sin ningún intento de romantizar nada.

Hay tanto que hacemos en el cotidiano que es la real causante del dolor menstrual y no lo sabemos, no nos detenemos a cuestionar(nos). Aprendimos a vivir en contra de nuestras necesidades y ritmos cíclicos, y eso duele, no es la menstruación dolorosa, sino lo que hacemos con nuestros ciclos, ahí está la clave.

No podemos intentar menstruar sin dolor si no revisamos nuestra propias vivencias ahí es donde vamos a encontrar la llave, siempre y cuando no haya una enfermedad subyacente que genere esos dolores, como la endometriosis por ejemplo, que requiere tratamiento médico.

¿Qué podemos hacer frente a los dolores menstruales? Hay mucho que puedes revisar:   cómo es tu alimentación, cuáles son tus hábitos de vida, cuál es tu vínculo con tu ciclicidad, qué creencias habitan en tí, qué mensajes traen esos dolores, y mucho mucho más.

Transformar tu dolor es posible, con constancia y compromiso contigo misma lo puedes lograr. Es necesario cambiar el mindset que tienes con tu ciclicidad, dejar de reproducir vivencias y discursos arcaicos que nos alejan de nuestro pulso natural interno.

Yo te quiero compartir mi camino y mis aprendizajes, todo lo que hoy comprendo de los dolores menstruales severos que padecí por años. Y para ésto, creé el Workshop Dolor Menstrual dirigido a todas las personas que sufren menstruaciones dolorosas al que podés acceder ya mismo. Y para quienes desean tomar las riendas de su ciclicidad, aprender a leer el mapa de su cuerpo cíclico, creé el curso virtual Sanar la Herida Cíclica, el conocimiento que toda persona cíclica necesita saber.

Mi intención es allanarse el camino, yo estuve en tu lugar, odiaba ciclar y menstruar. En cambio hoy, vivo a favor de mis mareas hormonales cíclicas y saboreo de mí a raíz de haber aprendido y encarnado todo lo que te comparto.

Con amor, Juliana.

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