Durante siglos nos dijeron —sin decirlo del todo— que nacer mujer era sinónimo de ser madre.
Como si el sentido de nuestra existencia estuviera atado inevitablemente a la crianza. Como si nuestro valor se midiera en función de los hijos que traemos al mundo.
Pero ¿qué pasa cuando ese deseo no está?
Elegir no maternar también es una forma de amor
No tener el deseo de ser madre no te hace menos mujer.
Tampoco te hace egoísta, ni fría, ni incompleta, como seguramente te habrán dicho.
Te hace honesta con vos misma.
Y aunque parece una verdad obvia, sigue siendo necesario repetirla.
Porque el mandato de maternidad persiste.
Y se manifiesta en frases como:
- “Ya se te va a despertar el instinto…”
- “¿Y si te arrepentís?”
- “No te preocupes, te va a cambiar cuando encuentres la persona correcta…”
- “Estás a tiempo todavía…”
Frases que no preguntan, que imponen.
Frases que invisibilizan la enorme diversidad de deseos que habitamos las mujeres.
Nuestro útero es creador, no solo reproductor
Nos enseñaron que el útero sirve solo para gestar hijos.
Pero el útero también gesta ideas, proyectos, obras, sueños, placeres.
Es un centro energético, un espacio de creación infinita que no se agota en la maternidad biológica.
Podés elegir crear otras cosas. Y todo eso es válido, fértil y expansivo.
El peso invisible del mandato
Muchas mujeres me dicen que sienten culpa por desear no ser madres.
Que se sienten raras, juzgadas, incluso señaladas por sus propias familias.
Y eso también es una forma de violencia simbólica.
Hice muchos años de terapia por este tema, creía tener un problema, una falla.
“Sería más fácil si quisiera tener hijos, así nadie me cuestionaría”. Le decía a mi terapeuta una y otra vez.
Por el motivo que sea que no quieras tener hijos, es válido. No necesitás justificarlo.
El deseo es, o no es.
Y no necesita explicaciones.
Lo que sí necesita es ser respetado.
Porque cuando no escuchamos nuestro verdadero deseo, algo en nosotras se rompe.
Nos desconectamos.
Cuando respetamos nuestro deseo, sea cual fuere, no hay reproches, no hay arrepentimiento. Hay coherencia, y se siente tan bien.
Deseo no ser madre, y eso está bien.
Tu deseo es suficiente. Y es sagrado.
Abrazo salvaje,
Juliana
Terapeuta especializada en sexualidad consciente, placer y ciclicidad femenina. Sesiones online para mujeres de todo España: Barcelona, Sevilla, Madrid, Valencia, Galicia, Andalucía, Málaga, Extremadura. Y para toda Europa en habla hispana.